No es extraño que los pacientes con trastornos de la alimentación se avergüenzan de ver a su dentista debido a los problemas orales que pueden estar experimentando. El mal aliento, la sensibilidad dental y la erosión dental son solo algunos de los signos que utilizan los dentistas para determinar si un paciente sufre un trastorno alimentario. En personas con bulimia, el ácido estomacal fuerte de los vómitos frecuentes desgasta el esmalte dental y aumenta el riesgo de caries. Por otro lado los efectos de la anorexia, especialmente la falta de nutrientes, pueden debilitar el hueso de la mandíbula, lo que también debilita los dientes y conduce a la pérdida de dientes.

Según investigaciones oficiales, el 28 % de los casos de bulimia se diagnostican por primera vez durante un examen dental.

Uno de los primeros signos de que un paciente puede estar sufriendo un trastorno alimentario es el adelgazamiento del esmalte en los incisivos mandibulares linguales, también conocidos como dientes frontales. La purga hace que el ácido del estómago viaje a través de la boca, y este ácido erosiona bastante la parte posterior de los dientes frontales. La erosión que tiene lugar en el esmalte del diente, que es la parte protectora del diente, puede causar sensibilidad, adelgazamiento y astillado.

Los dentistas que detectan pacientes con trastornos alimentarios pueden recomendar terapeutas y enseñar a los pacientes cómo minimizar los efectos de la purga.

Se recomienda a los pacientes que sufren algún trastorno alimentario que no se cepillen los dientes inmediatamente después de vomitar, ya que esto puede provocar que el ácido penetre más profundamente en los dientes y las encías. Los ácidos estomacales fuertes pueden ablandar el esmalte de los dientes y, al cepillarse con fuerza, el esmalte de los dientes puede rayarse y causar más daño. En su lugar, se aconseja a los pacientes que se enjuaguen la boca de inmediato con agua corriente del grifo para ayudar a eliminar los ácidos o que se enjuaguen con un enjuague bucal con flúor sin alcohol, que brindará protección adicional contra los ácidos estomacales. Los pacientes deben esperar al menos una hora después de vomitar antes de cepillarse los dientes.